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sábado, 15 de junio de 2013

#2 EVANGELISMO CORPORATIVO : ES LABURO...



  Aun recuerdo cuando, en mis primeros tiempos en el Ministerio Sin Fronteras, el pastor Lito, dándose vuelta  repentinamente me declara, “vos vas a ser líder evangelismo.”
   Mi sorpresa fue mucha, pero la convicción que frente a una duda, lo mejor es obedecer, fue lo que me sostuvo.
    La semana pasada, con la misma celeridad impetuosa me indicó, mi pastor, empezara dar unas enseñanzas acerca de evangelismo en la Red de entrenamiento, y no estando a nivel de otros, me dejé llevar por el indicador de la obediencia.
   ¿Por dónde empiezo? Es un tema obvio en la gran comisión, pero de tan obvio, a veces, poco considerado. No hay nada novedoso. Pero de haberle buscado tanta novedad en los métodos, lo básico es un rhema para hoy. Se ha mezclado tanto la sicología, el marketing y el humanismo  con la proclama de la Verdad, que se ha hecho un sincretismo de ideas que tiene por obsoleta a las buenas noticias de salvación. Recuerdo en los “Westerns”, en las de vaqueros, a los cantineros los acusaban de “aguadores”, por hacer rendir mas al whisky diluyéndolo con agua.
   Por eso entendí que, por lo básico de mi formación, en Cristo me podía hacer útil, para dar bases a la tarea evangelizadora.
   Empecé por preguntarme el por qué de los ejemplos de pesca y siembra para explicarle  a sus contemporáneos acerca de la empresa de ser activados en la proclama de salvación. La respuesta es más que sencilla, predicar el evangelio es un “laburo”.  Si a un pescador que estuvo toda la noche pescando, y que lo encontró limpiando las redes aprestándose a adentrarse a las aguas al anochecer, le dice que va a ser “pescador de hombres” (Mt 4:19), el perfectamente sabría de que se le está hablando. Para trabajar hay que tener horarios, continuidad, compromiso y cansancio.
  Si te dice, a vos que sos labrador, una parábola de la siembra (Mt. 13:4 al 13), y  te lo dice quien, según el historiador cristiano Justino, es un carpintero fabricante de yugos para la labranza, enseguida entenderías que se trata de laburo.
   Hoy la pesca, como la emprendía Simón, la hacen buques factorías. Hoy si hablamos de pesca, en nuestra mente,  aparecerá un momento de distención lejos de la rutina. Pero para entender el evangelismo, pensalo mentalizándolo como lo hacés en  tu rutina diaria de trabajo o de estudio. Porque evangelizar es un trabajo comprometedor y disciplinado.
   Estás vivo para alumbrar, Jesús mismo dijo que ya sos luz (Mt.5:14), no que lo vas a ser, pero que esa luz deberías ponerla sobre la mesa, salir del escondite.

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