Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Génesis 28:12-16 (RVR1960)
En una charla con nuestros pastores, hace un año aproximadamente, y hablando de finanzas, Adriana hizo una pregunta ilustrativa y certera: “- ¿ De quién es la culpa de tus problemas financieros?”, a lo cual no pude responder otra cosa que “sólo mía, de mis malas decisiones”.
Jacob perseguido, preso de soledad y desprotección, oprimido por la falta de estructura familiar (en especial materna). Y si le preguntaran el por qué estaba pasando esta disyuntiva circunstancial, no podía decir que el responsable no era alguien más que él mismo.
Durmiendo en una cama de piedras. Es más un par de versos anteriores dice que “Salió, pues, Jacob de Beerseba (un lugar de juramento o promesa certificada), y fue a Harán (un lugar asolado).
Y cuando estás pasando por este tipo de circunstancias, la tristeza y la soledad se hacen presentes. No hay pensamientos prometedores, ni aun forzando la mente. Y en esta intentona forzada por pensar en lo positivo de la bendición, tan solo un cansancio extremo te invade.
Y hasta ese momento la bendición es literal y abstracta, pues es el "bien decir" acerca de uno, de parte de Dios, y tan sólo parecen ser palabras.
Y ni sueños te quedan, pero si ganas de dormir.
¿Cama?, no hay. ¿Almohada?, una roca. Sueño, mucho.
Y si querés recuperar los sueños, hay que dormir un poco. Y veremos cómo nos ven.
¿Importa saber que Dios está? Está bueno.
¿El saberlo afectaría positiva o negativamente su obrar? Se ve que no, pues era proactiva la actitud del Padre y sus ángeles. Subían y bajaban sin siquiera Jacob estar consiente, aún, de esto.
Pero el secreto es que, lo que el Padre “bien dijo” acerca de nosotros, no son solo palabras, es semilla viva y eficaz.
Jesús también dijo: «El reino de Dios es como un agricultor que esparce semilla en la tierra. Día y noche, sea que él esté dormido o despierto, la semilla brota y crece, pero él no entiende cómo sucede. Marcos 4:26-27 (NTV)
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