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martes, 10 de febrero de 2015

#1 EVANGELISMO CORPORATIVO COMO JESÚS



Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

 (2Co 8:9 NVI)



Parece una frase hecha del sacrificial acto de Cristo, al dejar sus privilegios en pos de lograr posicionarnos en un estado de riquezas.

Pero esto no es una frase retórica.

La teología paulina si algo no era, es ser una teoría, sino que era una idea superior de pensamiento que nos llevaría a una práctica sobrenatural, sea esta en lo moral, ministerial o en cualquier contexto en el que esté situada.



Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.

 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.
 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo
    y nació como un ser humano.
Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios
    y murió en una cruz como morían los criminales.

 Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres  para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.

Filipenses 2:5-9 (NTV)


Aquí habla de dos “formas”, o condiciones en la persona de Jesús: divinidad y humanidad.


"Para lo que se traduce como forma, en el griego bíblico, podemos hablar de dos palabras, “morfé y sjéma. Tenemos que traducir las dos por forma porque no tenemos otro equivalente en español; pero no quieren decir la misma cosa. Morfé es la forma esencial que nunca cambia; sjéma es la forna exterior que cambia con el tiempo y las circunstancias. Por ejemplo: la morfé de cualquier, ser humano es su humanidad, y eso no cambia; pero su sjéma está cambiando constantemente. Un bebé, un niño, un chico, un joven, un hombre adulto, un anciano siempre tienen la morfé de la humanidad; pero su sjéma exterior está cambiando todo el tiempo. Las rosas, los tulipanes, los crisantemos, las dalias, etc., tienen todas en común la morfé de flores; pero su sjéma es diferente. La aspirina y la penicilina tienen una morfé común de medicinas; pero tienen una sjéma diferente. La morfé no cambia nunca; la sjéma sí, continuamente. La palabra que usa Pablo para decir que Jesús es en la forma de Dios es morfé; es decir: Su esencia inalterable es la divinidad. Aunque Su sjéma exterior cambiara, seguía siendo de esencia divina.” (comentario de Barclay)
y
cuando habla de “renunciar”, el significado literal es, Se vació de Sí mismo. El verbo griego kenún quiere decir literalmente vaciar. Se puede usar de sacar el contenido de un contenedor hasta dejarlo vacío, o de derramar su contenido hasta que no queda nada dentro. Aquí usa. Pablo la palabra más gráfica posible para aclarar el sacrificio de la Encarnación. Jesús rindió de manera voluntaria la gloria de la divinidad para convertirse en un hombre. Se vació de Su divinidad para asumir Su humanidad. Es inútil preguntar cómo; no podemos más que permanecer henchidos de santo temor al contemplar por la fe al Que es Dios todopoderoso hambriento y cansado y en lágrimas. Aquí, en un último esfuerzo del lenguaje humano, se atesora la verdad salvadora de que el Que era rico Se hizo pobre por amor a nosotros.” (comentario de Barclay).



Podemos inferir, por lo tanto, que lo que hizo Jesús, lo que vemos en los evangelios, lo hizo como un hombre, que por su libertad del pecado y sus consecuencias, era el único, y primer ejemplo de esto, lleno del Espíritu Santo.

En el momento que esto se me reveló, se me acomodaron las ideas como melones en la ruta.

Pero para que te pase igual a vos, pensá en el máximo exponente en la tarea que te apasiona, sea deporte,  arte o cualquier cosa. ¿vos podrías ser como esa persona y hacer lo que lo cualifica como maestro en lo suyo?

Seguro que muchos me dirán que es un imposible.

Condiciones genéticas, disciplina desde temprana edad, y el tiempo no se recupera, y otras tantas excusas válidas.

Pero lo que te pondría en condiciones equivalentes a Jesús es un factor externo a vos. Es su Espíritu. Pero vos dirías, ¡¡¡ Pero Jesús es Dios!!!

Si lo es, pero para salvarnos renunció a hacer uso de ese privilegio, siendo en forma transitoria (sjéma) cien por ciento humano.

Y es ahí donde me cayó la ficha. La promesa de Jesús, de que cosas mayores que El haríamos, es una cuestión de crecimiento exponencial. Si uno lleno del Espíritu hizo esto que relatan los Evangelios, cuanto más una corporación de personas empoderadas igual que El.



 Y estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablaran nuevas lenguas; Quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Marcos 16:17-18 (RVA)


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